Nunca sabrás, amor,
que estuviste en Tánger
un amanecer de noviembre
con el aire límpido
del lecho abandonado,
te mostré el puerto
llamé a la brisa y grité tu nombre.
Olvidé tu desmemoria
y el reflejo abatido
de los hombros inclinados sobre el anzuelo,
quisiera soltar las amarras
y es tan solo un espejismo
en la imagen del cristal.
Recorro los sueños y aprendo en secreto
a sonreír, embaucada por las jóvenes risas
que me revelan las ansias de vivir el ahora.
El horizonte va quemando los rojos
y anaranjados, distiende los azules por encima
de los barcos, transporta la voz
del almuecín convocando a la oración.
Nunca sabrás, amor,
que estuviste en Tánger
un amanecer de noviembre.
(Nov. 09/ R.J.)
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6 comentarios:
Querida Maria Rosa, precioso poema, como lo son los tuyos, y bonito blog. Felicidades
Querida Rosa, deseo que tu blog crezca y crezca por esa senda poética que prometes. Un beso.
Bienvenida, amiga Rosa, a este mundo loco de los blogs. Me gusta lo que hasta ahora leo. Enhorabuena. Pondré tu enlace en mis blog
Un beso, amiga.
Enrique Gracia
Me encantó tu poema Rosa, y me alegra leer
tu blog. Entraré de vez en cuando. Un abrazo
hola rosa!! felicidades por el nuevo blog, pasare a visitarte y leerte, es un placer. besos. ronni
¡Gracias! A Juan C., Enrique G., Gracia I., Julie S., Ronni, Pedro M., Jose G., Susana, Isabel D., Mª Carmen G...
Espero seguir contando con vuestros paseos y ofreceros flores dignas de vosotros
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