miércoles, 25 de mayo de 2011

LORCA, FORTALEZA DEL SOL

LORCA, Fortaleza del Sol

La noticia de la catástrofe sucedida en Lorca (Murcia) debida a los dos seismos me ha conmocionado profundamente, no solo el hecho de la destrucción, sino esas ocho víctimas que ha habido. Hace poco tiempo hablaba con una amiga sobre la grata impresión que recibí hace años, de sus gentes, aunque mi estancia fuese tan breve como un fin de semana. Tenía la impresión de conocerles desde siempre.

Conocí la ciudad de Lorca, con motivo de la entrega del Premio Nacional “Teatro Guerra”, en su IV Certamen Literario de Teatro Infantil y Juvenil, convocado por la Asociación de Amigos de la Cultura, de Lorca. Siempre te hace ilusión el reconocimiento a un trabajo al que has dedicado tu esfuerzo y más cuando proviene de personas que no te conocen nada más que por tu labor literaria. Había presentado dos obras de teatro, con distinto seudónimo y distinta letra: La Paz de Saturio, obra galardonada, y “El Secreto del planeta Tracio”, que quedó finalista entre las cinco últimas.

La entrega tuvo lugar en el “Teatro Guerra”, que debe su nombre al apellido de un actor célebre de la época en que fue construido, allá por 1860. Un precioso y amplio edificio cuyos techos están cubiertos por diversos frescos alusivos a la dramaturgia. El aforo estaba completo ya que se incluía también la entrega de premios a diversos colegios por sus aportaciones teatrales.

La invitación para recoger el premio: una original cerámica dedicada al evento y una importante cantidad monetaria, incluía también la estancia de mi esposo durante el fin de semana. Decidimos que iríamos todos, incluido el perro, ellos se encargaron de la reserva en el hotel. El presidente de la Asociación, Pedro Felipe Sánchez y el secretario de la misma, Joaquín Mateos, fueron junto con sus esposas, Nuria y Semari, los mejores anfitriones que hubiésemos podido desear. Orgullosos de su ciudad nos la mostraron al completo; el Centro de Artesanía, el Palacio de Guevara, el Museo de Salzillo con el impresionante paso de la Santa Cena, sus delicadas trece figuras y el detalle de las vituallas sobre la mesa, nos impresionaron. No faltó la visita al castillo, frontera en otros tiempos entre los reinos árabe y cristiano, con sus torres de la Alfonsina y el Espolón, convertido hoy en la Fortaleza del Sol. No faltó una degustación de la huerta lorquina, básicamente patatas, pimientos y carnes cocinadas de diversas formas, rociado con el vino de Jumilla, bajo el manto de las estrellas y los árboles de la Alameda. Era a finales de mayo y el ambiente era tan cálido como la amistad, al día siguiente fuimos a Aguilas donde mis hijas se bañaron.

Durante años continuamos la amistad epistolar, después, hubo cambios de domicilio, caminos separados y se fue diluyendo en la distancia, nunca olvidaré aquel maravilloso fin de semana. Hoy al ver la destrucción de la ciudad, me pregunto dónde estarán aquellas maravillosas personas y si habrán podido salvar algunos enseres. Mi corazón está con ellos y con sus familias.

Un fuerte abrazo lorquinos, que la Fortaleza del Sol os alumbre.

Rosa Jaén /12.5.11

2 comentarios:

Julie Sopetrán dijo...

Felicidades por ese premio María Rosa, no lo sabía que habías estado allí, sí, es un lindo homenaje el que haces a este lugar que tanto ha sufrido últimamente.
Me alegra saber siempre de ti. Y más de temas y éxitos literarios.
Te mando un abrazo y mi cariño sincero de siempre. Besos. Julie

Rosa del Aire dijo...

Fue.., hace tiempo, más de una década.
Agradezco a Julie y a los más de diez seguidores, los comentarios que me hacen a nivel personal.
Gracias por sumaros a mi humilde recuerdo hecho homenaje.
Un abrazo de Rosa