UN JARDÍN NAVEGABLE

Quisiera recordarte, que fue tan sólo ayer,

cuando decías estar al borde de la luna,

cuando sólo oír su voz, tu llama zigzagueaba

y crepitaban los faroles

alumbrando palomas nocturnas.

Esto sucedía, tan solo ayer,

al borde de aquel lago con murmullos

de pájaros risueños.

Y hoy, se han vuelto enfermizas

las aguas del manantial atraviesan

tu tristeza, quebrando el corazón.

Ahora debes talar bien sus raíces,

avanzar hacia la luz que inunda el alma,

soñar con los reflejos que brillan

en el otro extremo del bosque.

Piensa que solo fue espejismo

inspirado por el canto de un pájaro

oscuro y hallarás otro jardín navegable.

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Rosa del Aire

(R.J.M./10.2.13)