Decir,
hola, es como no decir nada, es tan sólo, saludar a una persona
conocida.
Si
digo: ¡Hola amiga! ¡Hola mi amigo!
¡Hola, preciosa, hija, amor!
Entonces,
sí me estoy identificando con el profundo sentimiento que me
inspiras, reconozco el sutil hilo de la comunicación para llegar más
allá del saludo.
Si
añado un abrazo, rodeo a esa persona con mi sentimiento.
Le hago saber que la acuno en mis brazos y la
estrecho para rodear con ternura su corazón.
Si
digo: Te quiero. Es porque así lo siento, aunque estés lejos de mi
vida, fuera de las sendas y espacios que recorro cada día.
Es
porque estás en la luz de mi alma, camino contigo, comparto
tus luces y sombras, tus heridas y alegrías.
Siento
el lenguaje que exhala tu corazón.
Cuando
las palabras se llenan de amor, entonces,
se
vuelven mágicas, inspiran vida.
Un
abrazo de Rosa
(23.2.13)
1 comentario:
Que bonito como podemos decir un simple, hola en amor y siempre en cercanía.
Soledad
Publicar un comentario