lunes, 11 de noviembre de 2013

VIAJE EN GLOBO Y CASTAÑAZO




   Ya tenían el nombre de Aristolio para el asteroide aspirante a planeta. También habían concluido las fiestas de la vendimia y solo quedaba la fiesta del magosto para salir hacia el espacio sin llamar demasiado la atención. El problema era que a la nave del P.E.P.A. (Proyecto Espacial Para Asteroides) le faltaba dar las últimas vueltas a las tuercas de los tornillos. Los nervios de los miembros y mihembras de la N.A.S.A.L (Nadie Avanza Sin Alegría Luminosa), estaban erizados, como la envoltura de las castañas.

  Marco Polen no cesaba de dar ordenes contradictorias, que si, "ahora poneos a trabajar", que no, "mejor relajaros para cuando emprendamos el viaje"; todo era un desbarajuste.

   La doctora Ros estaba a punto de perder la chaveta, por si esto fuese poco, había tenido que hacer algunos cambios en el personal. Anita, la secretaria general de asuntos no generales, se había dado de baja, tras conocer que en el viaje no podría maquillarse ni pintar las uñas. Enseguida pensó en Lolta, una de las observadoras.

   La nueva secretaria, Lolta, contaba con un curriculum estupendo. Había heredado las facultades de su abuela, era gran lectora: sabía leer las cartas, las estrellas y las manos, si estaban limpias. Buscaba la protección de las nubes y había montado una ganadería de almas perdidas; lo intentó criando toros y vacas que tuviesen ojos azules, pero la leche siempre salía blanca, así que había desistido. Cambió la estrategia al conocer que había alienígenas con malas intenciones, aunque tuviesen ojos azules, eran de cristal y no le gustaban las andróminas (mentiras fabulosas) así que se había hecho pozuelera y mandó hacer un pozo de cuello estrecho, para echar dentro a los extraterrestres malintencionados, de allí no los sacarían ni con anzuelos. Incluso sabía distinguir un asteroide de un planeta.

   También Josecar, había tenido que ser sustituido, le habían ofrecido un puesto de bombero a tiempo completo en Australia. En su lugar fue reemplazado por Juanma, un poeta, que lo mismo avivaba el fuego del alma como el de la cocina y además podía ejercer como aeronauta y astrógrafo. El título se lo habían dado después de haber pilotado una avioneta para fumigar las viñas en su pueblo y haber hecho las fotos de los fuegos artificiales en las fiestas. Claro que, antes de aceptar el puesto tuvo que jurarle a su wife, que sólo miraría a las estrellas de manera poética y nada terrenal, incluso pondría wifi cada veinticinco horas para poder hablar cinco minutos con ella, eso sería cuando pasaran por Marte, era el que tenía mejor comunicación.

   Aún faltaban los últimos entrenamientos antes de salir al espacio, no era cuestión que se mareasen y pusieran la nave hecha un asco, para evitarlo, practicarían el vuelo sin motor, parapente, paracaidismo y otras disciplinas volátiles. El aprendizaje sería recompensado con un viaje en globo y una fiesta de magosto, con fuego, castañas y un buen aguardiente para desatar las lenguas en cuentos terroríficos. Algunos de ellos, trataron de eludir los entrenamientos, aduciendo que todavía les faltaba hacer algunas compras necesarias para emprender el viaje.

   Juanma se ofreció entusiasmado a inflar el globo, creyendo que era como hinchar los de sus sobrinos. Tampoco había que exagerar, el globo lo extendieron en el suelo con ayuda de Pedro y Peter comenzaron a introducir aire frío con un gran ventilador. A continuación, con un quemador de propano, introdujeron el aire caliente en la envoltura parcialmente inflada. El globo comenzó a enderezarse, mientras seguía amarrado al suelo.

   La doctora Ros se puso muy contenta, pensó que nada podría salir peor. La temperatura era tan agradable que la tarde anterior se había tomado un "relaxing of wineglass into Plaza Mayor". No hacía frío y las castañeras, ni siquiera habían puesto los braseros. Marco Polen estaba impaciente por emprender el viaje para ver a su amigo Anacleto que, andaba siempre en tratos con las "meigas".

   Antonio y Mariano discutían cual de los dos ayudaría galantemente a las mujeres a subir a la cesta, ambos se pusieron a silbar cuando Lolta rechazó el ofrecimiento: entró en la cesta abriendo la puerta de mimbre. Sin necesidad de que le empujaran las nalgas, o las "pompas" que decía Laura la traductora y no era porque tuviese prejuicios. Siempre dispuesta a conocer nuevas experiencias y lenguas, por eso se había decidido a acompañarles, aprendería el celta gaélico, y tendría tiempo para preguntar a Peter, la diferencia entre exoclimastólogo y sexólogo,  tal vez entendería mejor la diferencia y eso que se lo había explicado en varias ocasiones. Pedro estaba encantado del viaje en globo, podría medir el aire desde las alturas y comparar la química atmosférica con los procesos climáticos. También le serviría para coger un saco de castañas sembrarlas en Aristolio, junto con las bellotas. Laura estaba dispuesta a aprender si había química atmosférica y la contaminación de lenguas. 

   El globo comenzó a elevarse, y en tierra cortaron las amarras, tenían suficiente combustible para viajar durante unas horas. A bordo, dentro de la amplia cesta viajaban, la doctora Ros, Lolta, Maricarmen (Valkiria de Antonio, se había apuntado secretamente) Laura, Pedro, Juanan como copiloto y pilotando el globo Marco Polen.

   Formando el equipo de tierra e indicándoles por donde debían ir para no tropezar con cables eléctricos o por poblaciones de calles concurridas, iban en una furgoneta: Antonio, Mariano, Matilde, que tras tantos viajes por el espacio, se mareaba cuando miraba a la tierra y Natacha, indispensable a la hora de observar con los prismáticos cual era el mejor aire para seguir volando.

   Juanan vigilaba los quemadores y añadía aire caliente, el Siroco, viento del sudeste seguía soplando y ellos avanzando hacia el Nordeste. Marco Polen ignoraba que los globos no pueden dirigirse, sino que se mueven a merced de los vientos. De haber sido un aeronauta experimentado hubiese podido controlar el aparato variando su altitud hasta encontrar una corriente que los llevase en la dirección que él quería, pero, era la primera vez que pilotaba. De pronto el viento del Noroeste, el Mistral, comenzó a soplar ¡Se dirigían a Portugal!

   La furgoneta iba a toda velocidad, tenían que alcanzar la cesta antes de entrar en Portugal, ni siquiera se percataron de que la habían cruzado y que les seguía una unidad del Servicio de Vigilancia Aduanera, a los que se unieron otras dos en versión lusa del ServiÇo de Estrangeiros e Fronteiras, acababan de perder de vista el globo. Las guardias fronterizas de ambos países les hicieron parar; unos y otros empezaron a discutir. Los guardias españoles sólo querían multarles, mientras que los portugueses hablaban de llevarlos a todos ellos para interrogar y meterles en un calabozo, hasta que se aclarase la situación.

   El globo continuaba volando, Juanan y Marco Polen se pusieron nerviosos, comenzaron a liberar aire caliente para aterrizar, abrieron la válvula superior y el aire empezó a enfriarse rápidamente. Ni virajes ni nada, el globo se fue hacia un hermoso castañar donde quedó desairado y enredado mientras la cesta volcó su carga. Una preciosa alfombra de castañas encapsuladas de espinas, acogió las hermosas posaderas y planchó los móviles. A lo lejos se veía un pueblo, irían hasta él para llamar a los compañeros, ni ganas tenían de cantar el himno del PEPA y la NASAL, el día se había saldado con un castañazo.

                                   (R.J.M./11.11.13)



















7 comentarios:

Pedro Mateos dijo...

Bueno, lo del castañazo no es muy de astronautas, quiero decir en un castañar de verdad, pero la descripción del viaje, como siempre, una delicia de oirla, bueno de leerla.Yo, como he sido paracaidista, ni pizca de miedo.
Besos a la doctora Ros.

Rosa del Aire dijo...

Es que todavía no hemos terminado el entrenamiento para astronautas ¡Ja,ja,já!
Me alegra saber que tenemos un paracaidista de verdad, tengo la impresión de que los demás están un poco verdes, por no decir cag..,
Besos.


Vichoff dijo...

Delicioso, Rosa preciosa, absolutamente delicioso. Tengo que venir por aquí más a menudo, es una promesa.
Abrazo enorme, cariño.

Frida dijo...

Jajajajajaja, qué gracioso, por Dios. Buenísimo, Rosa. Tienes arte, chiquilla. Me ha encantado, sí señora.
Un beso bien grande.

SAYMAR dijo...

Muy bonito, me ha gustado mucho este relato. Continuara???

Rosa del Aire dijo...

¡Hola SAYMAR! Si te has fijado este es el episodio XI (11) del Viaje al planeta Aristolio, evidentemente continuará.
Me gustaría que te hicieses seguidor o seguidora para que te llegara la información.
Un saludo

Marly Ferrer dijo...

El castañal me parece un sitio idoneo para llegar a tierra, así se podría organizar una recogida de castañas y hacer un buen "Marron Glace", para la cercana Navidad, dado que resulta sumamente caro en las pastelerías. ¡¡¡Jajajaaa!!!
Muy divertida y simpática la narrativa.
Besos