Ya tenían el nombre
de Aristolio para el asteroide aspirante a planeta. También habían
concluido las fiestas de la vendimia y solo quedaba la fiesta del
magosto para salir hacia el espacio sin llamar demasiado la atención.
El problema era que a la nave del P.E.P.A. (Proyecto Espacial Para
Asteroides) le faltaba dar las últimas vueltas a las tuercas de
los tornillos. Los nervios de los miembros y mihembras de la
N.A.S.A.L (Nadie Avanza Sin Alegría Luminosa), estaban erizados,
como la envoltura de las castañas.
Marco Polen no cesaba de dar ordenes contradictorias, que si, "ahora
poneos a trabajar", que no, "mejor relajaros para cuando
emprendamos el viaje"; todo era un desbarajuste.
La doctora Ros
estaba a punto de perder la chaveta, por si esto fuese poco, había
tenido que hacer algunos cambios en el personal. Anita, la secretaria
general de asuntos no generales, se había dado de baja, tras conocer que en el viaje no podría maquillarse ni pintar las uñas. Enseguida pensó en Lolta, una de las
observadoras.
La
nueva secretaria, Lolta, contaba con un curriculum estupendo. Había
heredado las facultades de su abuela, era gran lectora: sabía leer las cartas, las estrellas y las manos, si estaban limpias. Buscaba la protección de las nubes y había montado una ganadería de almas perdidas; lo intentó criando toros y vacas que tuviesen ojos azules, pero la
leche siempre salía blanca, así que había desistido. Cambió la estrategia al conocer que había alienígenas con
malas intenciones, aunque tuviesen ojos azules, eran de cristal y
no le gustaban las andróminas (mentiras fabulosas) así que se
había hecho pozuelera y mandó hacer un pozo de cuello estrecho,
para echar dentro a los extraterrestres malintencionados, de allí no
los sacarían ni con anzuelos. Incluso
sabía distinguir un asteroide de un planeta.
También
Josecar, había tenido que ser sustituido, le habían ofrecido
un puesto de bombero a tiempo completo en Australia. En su lugar fue reemplazado por
Juanma, un poeta, que lo mismo avivaba el fuego del alma como el de
la cocina y además podía ejercer como aeronauta y astrógrafo.
El título se lo habían dado después de haber pilotado una avioneta
para fumigar las viñas en su pueblo y haber hecho las fotos de los
fuegos artificiales en las fiestas. Claro que, antes de aceptar el
puesto tuvo que jurarle a su wife, que sólo miraría a las estrellas
de manera poética y nada terrenal, incluso pondría wifi cada
veinticinco horas para poder hablar cinco minutos con ella, eso sería cuando
pasaran por Marte, era el que tenía mejor comunicación.
Aún faltaban los
últimos entrenamientos antes de salir al
espacio, no era cuestión que se mareasen y pusieran la nave hecha un
asco, para evitarlo, practicarían el vuelo sin motor, parapente,
paracaidismo y otras disciplinas volátiles. El aprendizaje sería
recompensado con un viaje en globo y una fiesta de magosto, con
fuego, castañas y un buen aguardiente para desatar las lenguas en
cuentos terroríficos. Algunos de ellos, trataron de eludir los
entrenamientos, aduciendo que todavía les faltaba hacer algunas
compras necesarias para emprender el viaje.
Juanma se ofreció entusiasmado a inflar el globo, creyendo que era como hinchar los de sus sobrinos. Tampoco había que exagerar, el globo lo extendieron en el suelo con
ayuda de Pedro y Peter comenzaron a introducir aire frío con un gran
ventilador. A continuación, con un quemador de
propano, introdujeron el aire caliente en la envoltura parcialmente
inflada. El
globo comenzó a enderezarse, mientras seguía amarrado al suelo.
La
doctora Ros se puso muy contenta, pensó que nada podría salir peor. La temperatura era tan agradable que
la tarde anterior se había tomado un "relaxing of wineglass into
Plaza Mayor". No hacía frío y las castañeras, ni siquiera habían puesto los braseros. Marco Polen estaba
impaciente por emprender el viaje para ver a su amigo Anacleto que,
andaba siempre en tratos con las "meigas".
Antonio y Mariano discutían cual de los dos ayudaría galantemente a las mujeres a subir a la cesta, ambos se pusieron a silbar cuando Lolta rechazó el ofrecimiento: entró en la cesta abriendo la puerta
de mimbre. Sin necesidad de que le empujaran las nalgas, o las
"pompas" que decía Laura la traductora y no era porque
tuviese prejuicios. Siempre dispuesta a conocer nuevas experiencias y lenguas, por eso se había
decidido a acompañarles, aprendería el celta gaélico, y tendría tiempo para preguntar a Peter, la diferencia entre exoclimastólogo y sexólogo, tal vez entendería mejor la diferencia y eso que se lo había explicado en
varias ocasiones. Pedro estaba encantado del
viaje en globo, podría medir el aire desde las alturas y comparar la química atmosférica con los procesos climáticos. También le serviría para coger un saco de castañas sembrarlas en Aristolio, junto con las bellotas. Laura estaba dispuesta a aprender si había química atmosférica y la contaminación de lenguas.
El globo comenzó a
elevarse, y en tierra cortaron las amarras, tenían suficiente
combustible para viajar durante unas horas. A bordo, dentro de la
amplia cesta viajaban, la doctora Ros, Lolta, Maricarmen (Valkiria de Antonio, se había apuntado secretamente)
Laura, Pedro, Juanan como copiloto y pilotando el globo Marco Polen.
Formando el equipo
de tierra e indicándoles por donde debían ir para no tropezar con
cables eléctricos o por poblaciones de calles concurridas, iban en
una furgoneta: Antonio, Mariano, Matilde, que tras tantos viajes por
el espacio, se mareaba cuando miraba a la tierra y Natacha,
indispensable a la hora de observar con los prismáticos cual era el
mejor aire para seguir volando.
Juanan vigilaba los
quemadores y añadía aire caliente, el Siroco, viento del sudeste
seguía soplando y ellos avanzando hacia el Nordeste. Marco Polen
ignoraba que los globos no pueden dirigirse, sino que se mueven a
merced de los vientos. De haber sido un aeronauta experimentado
hubiese podido controlar el aparato variando su altitud hasta
encontrar una corriente que los llevase en la dirección que él
quería, pero, era la primera vez que pilotaba. De pronto el viento
del Noroeste, el Mistral, comenzó a soplar ¡Se dirigían a
Portugal!
La
furgoneta iba a toda velocidad, tenían que alcanzar la cesta antes
de entrar en Portugal, ni siquiera se percataron de que la habían
cruzado y que les seguía una unidad del Servicio de Vigilancia
Aduanera, a los que se unieron otras dos en versión lusa del ServiÇo
de Estrangeiros e Fronteiras, acababan de perder de vista el globo. Las
guardias fronterizas de ambos países les hicieron parar; unos y
otros empezaron a discutir. Los guardias españoles sólo
querían multarles, mientras que los portugueses hablaban de
llevarlos a todos ellos para interrogar y meterles en un
calabozo, hasta que se aclarase la situación.
El globo
continuaba volando, Juanan y Marco Polen se pusieron nerviosos,
comenzaron a liberar aire caliente para aterrizar, abrieron la
válvula superior y el aire empezó a enfriarse rápidamente. Ni
virajes ni nada, el globo se fue hacia un hermoso castañar donde
quedó desairado y enredado mientras la cesta volcó su carga. Una
preciosa alfombra de castañas encapsuladas de espinas, acogió las
hermosas posaderas y planchó los móviles. A lo
lejos se veía un pueblo, irían hasta él para llamar a los
compañeros, ni ganas tenían de cantar el himno del PEPA y la NASAL,
el día se había saldado con un castañazo.
(R.J.M./11.11.13)
(R.J.M./11.11.13)
7 comentarios:
Bueno, lo del castañazo no es muy de astronautas, quiero decir en un castañar de verdad, pero la descripción del viaje, como siempre, una delicia de oirla, bueno de leerla.Yo, como he sido paracaidista, ni pizca de miedo.
Besos a la doctora Ros.
Es que todavía no hemos terminado el entrenamiento para astronautas ¡Ja,ja,já!
Me alegra saber que tenemos un paracaidista de verdad, tengo la impresión de que los demás están un poco verdes, por no decir cag..,
Besos.
Delicioso, Rosa preciosa, absolutamente delicioso. Tengo que venir por aquí más a menudo, es una promesa.
Abrazo enorme, cariño.
Jajajajajaja, qué gracioso, por Dios. Buenísimo, Rosa. Tienes arte, chiquilla. Me ha encantado, sí señora.
Un beso bien grande.
Muy bonito, me ha gustado mucho este relato. Continuara???
¡Hola SAYMAR! Si te has fijado este es el episodio XI (11) del Viaje al planeta Aristolio, evidentemente continuará.
Me gustaría que te hicieses seguidor o seguidora para que te llegara la información.
Un saludo
El castañal me parece un sitio idoneo para llegar a tierra, así se podría organizar una recogida de castañas y hacer un buen "Marron Glace", para la cercana Navidad, dado que resulta sumamente caro en las pastelerías. ¡¡¡Jajajaaa!!!
Muy divertida y simpática la narrativa.
Besos
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