A
principios de marzo, en la reunión de la N.A.S.A.L. (Nadie Avanza
Sin Alegría Luminosa) Karmiña Atxis, desde el Puente Colgante Leré,
había informado que la nave espacial Dawn había sido capturada por
la gravedad de Ceres, uno de los planetas enanos, (con perdón)
visitando desde la órbita y proporcionando imágenes de cráteres y
misteriosas manchas brillantes, por lo cual los controladores de la
misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en
Pasadena (California) se habían puesto muy contentos, porque
indicaba que la Dawn estaba en buen estado con la propulsión de su
motor de iones.
Matilde, en su
calidad de esteroide convertido en terrícola, le quitó importancia
al descubrimiento, diciendo que ella sabía de buena boca rokera, que
desde 1801 se le conocía como el planeta rocoso, tan lleno de
cráteres que algunos medían 950 kms x 932 kms. El único
conocimiento nuevo era que el agua parecía escarcha y que tenía una
gruesa capa de hielo sobre un núcleo rocoso.
Marco Polen, estaba
satisfecho, pese a la proximidad al hasta ahora desconocido planeta
Aristolio, éste continuaba pasando desapercibido. Pedro Majuelo
confirmó que según sus informaciones, en Aristolio podía obtenerse
agua con sólo una cerilla, todos se le quedaron mirando. ¿Así de
simple era? Lo había confirmado, con sólo encender una cerilla, la
escarcha podía hacerse líquida.
Peter Alado estimaba
que si cada ser humano poseía cincuenta esfínteres en el cuerpo
(músculos con forma circular o anillo) con unos cuantos que
expusieran sus traseros sería suficiente para generar líquido. La
doctora Ros pidió un poco de cordura, no era cuestión de exponer
sus vergüenzas a la congelación, más bien deberían irse
preparando todos los miembros, para la llegada de la doctora Vichifta
a la base NASAL, en fecha próxima a la salida del P.E.P.A.
A
mediados de marzo todos andaban preparando lo que iba a ser un
acontecimiento mundial, un eclípse solar total que tendría lugar el
día 20, ocurriría 13 horas después del perigeo.
Hacía
poco tiempo que Andrés Perlado había entrado en la NASAL como
ingeniero captador de Hondas Hercianas, nada que ver con las
hertzianas, capaz de atraer a la hondanada, a todas aquellas que se
desmandaran, su eje curricular, llegaba avalado por Peter Alado, gran
amigo de su casa a la hora de comer. La verdad era, que no estaba muy
ducho en eclipses y equinoccios, así que al oir la palabra perigeo,
dijo que aquello le sonaba, a una indigestión de perejil.
Natacha,
la astrofísica, le miró de arriba abajo, explicó que así se
llamaba a la proximidad de la luna con la tierra, doblemente
importante porque el Sol estaría cruzando el equinoccio, el ecuador
celeste y la Luna coincidirían al pasar por ese mismo punto
eclipsando al Sol.
Llegado
el momento, Andrés Perlado fue de los más decepcionados, pese al
gran periscopio recién estrenado, las nubes decidieron ponerse en
medio de la esfera azul. Fue después de comprarlo, cuando se enteró
que lo mejor hubiese sido un telescopio gigante con instrumentos para
el uso solar y nocturno, como el que Nanny Dolo gestionaba en La
Palma.
Laura
había venido eufórica de China, no sólo había aprendido la lengua
mandarina y algún dialecto más de los que no vienen en los manuales
y tampoco sirven para mucho Lo que más le había impresionado era
que había podido disfrutar de una rareza astronómica, había visto
tres Soles.
Los
astronautas se quedaron mirándola con extrañeza, más de uno pensó:
¿Si no se habría tomado tres copas de algún extraño licor? Laura
juró que sólo había tomado una copa de vino amarillo y estaba
hecho con mijo. Para ver los tres soles había tenido que ir a
Chifeng, una ciudad al norte de China, en la frontera con Mongolia.
Callaron, cuando explicó que, a una altitud de 6.000 metros se
formaban cristales de hielo reflejando la luz solar sobre ellos y
creando la ilusión de que existen múltiples soles. Un cielo de
auténtica ciencia ficción.
Todos
se sentían muy contentos y decidieron celebrarlo con buenos tintos,
nada de vino amarillo o de mijo, algún blanco y burbujeantes rubias,
mientras cantaban el himno de la NASAL.
¡Eureka,
eureka!
Esto
es mejor que volar en un cuatrimotor
después
de un chaparrón,
con
bizcocho y garrafón
La
NASAL y el PEPA son de lo mejor.
Foto: Rosa de Aristolio/20.3.15
2 comentarios:
No sé si me gusta más leerte una vez o dos veces, pero cada vez me gusta más cómo lo presentas. lo leeré tres veces para ver si aún me gusta más.
Es que eres un aristoliano de pro. Creo que la forma de presentarlo te ha influido, los episodios son más cortos y no intervienen todos los personajes a la vez. Por eso mismo lo estoy rehaciendo en Rosa de Aristolio.
Buen fin de semana y besitos aristolianos.
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